Ya no se aceptan artículos para este año. Página en actualización.
Dr. Ernesto Pérez Rueda. La bioinformática
Por: Dra. Dulce Ivonn Guadalupe Álvarez López.
¿Cómo se define como profesional?
Como profesional me gusta definirme como una persona responsable en lo que hago. Me apasiona la investigación, sobre todo en el área de la biología. Esto tiene que ver con mi formación en la biología clásica, en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Entonces, me gusta definirme como alguien extremadamente curioso, a veces hasta hiperactivo.
¿Cómo fue su primer contacto con la ciencia?
Cuando estaba en cuarto o quinto semestre de la carrera, me interesaba mucho comenzar a hacer investigación y me acerqué a un grupo que trabajaba con la identificación de anticuerpos en pacientes que habían tenido contacto con Trypanosoma cruzi, el patógeno causante de la enfermedad de Chagas. Pero, me di cuenta de que eso no era para mí, porque, fui un desastre haciendo experimentos, dejaba la centrífuga abierta y la ponía a trabajar, una vez rompí una propipeta[1] y me corté la mano, y lo más dramático del asunto es que las pruebas que me ponían a hacer me salían mal. A pesar de esto, seguía con la idea de trabajar en el laboratorio, pero, yo quería hacer otro tipo de experimentos.
¿Cómo descubrió la bioinformática?
Durante mis estudios, en una materia, nos pidieron un proyecto de investigación. Mis compañeros y yo nos fuimos a Cuernavaca, Mor., Méx., a un campus de la UNAM. Nos presentamos con una profesora, le mostramos el proyecto y le gustó, y ahí me quedé registrado como parte de los potenciales estudiantes para ingresar a un posgrado. Después, ingresé y tuve que hacer un curso propedéutico. Durante este tiempo conocí a un investigador que hacía biología teórica. Yo quería ser un biólogo evolutivo y quería trabajar en evolución molecular. Pero, el profesor me dijo: - no, no, yo no hago nada de eso, pero puedes hacer investigación en bioinformática. Entonces, “me asomé” a esta área de la ciencia que he desarrollado durante los últimos 25 años, aproximadamente.
¿Qué es la bioinformática y cómo ha hecho aportes en esta área de la ciencia?
La bioinformática es, desde una definición muy sencilla, el uso de las ciencias computacionales en la biología molecular. Entonces, a raíz de la generación de cientos o miles de datos que tienen que ver con proyectos de secuenciación del genoma de los organismos, es decir, de analizar el ácido desoxirribonucleico (ADN), se genera mucha información. Después, analizamos esa información y la ordenamos para responder preguntas de investigación.
Es como, si te dieran un libro. Por ejemplo, el de Don Quijote de la Mancha, pero, te lo dieran sin ningún signo de puntuación y con las páginas revueltas. Entonces, para ordenar las páginas y entenderlo, habría que leer todo y darle sentido a todas esas palabras que no tienen puntos ni comas.
La bioinformática es algo parecido, cuando se comienza a generar información del ADN de organismos, es como si tuvieras una biblioteca, con cientos o miles de ejemplares de diferentes novelas. Imagínate tener el Quijote, las novelas de Julio Verne, los poemas de García Lorca o las novelas de García Márquez, etc. Todos sin signos de puntuación. Entonces, las preguntas serían: ¿Cómo le hacemos para entender y para ver dónde comienza y termina una frase?, ¿cuáles son los signos de puntuación?, ¿cuáles son las frases que tienen sentido?, ¿cuáles son los conectores?, etc.
Para entender la información del ADN se utilizan diferentes herramientas computacionales para dar el sentido a todas “estas frases” que se encuentran en la biología, solo que en este caso, esas frases son secuencias de ADN, representadas por letras y que dan origen a proteínas. Entonces, me siento frente a la computadora y comienzo a revisar la información del ADN que tiene que ver con un organismo, y trato de resolver preguntas tales como: ¿Cuáles son sus proteínas?, y ¿Para qué sirven esas proteínas?
Estudiar para qué sirven las proteínas de un organismo, puede ayudar a definir en qué momento se expresa o se apaga un gen. En mi imaginario, pienso que las proteínas son como los policías de tránsito. Te dicen cuándo avanzar o detenerte, es decir, van agilizando la circulación. Entonces, imagínate que una proteína de pronto se detiene y le dice a un gen que no se exprese. Ese es el tipo de proteínas que me interesa identificar. Esto se hace mucho utilizando algo parecido a comparadores de palabras. Por ejemplo, en ciencias computacionales hay mega buscadores, que te definen, si una proteína se parece a otra. Si se parecen mucho, entonces, pueden llevar a cabo una función similar. Con ese concepto de similitud se puede asignar funciones a las proteínas que estudio.
¿Cuál sería alguna anécdota de algo que le haya marcado un reto durante estos años de investigación?
La primera vez que envíe a publicar un artículo aún no terminaba la licenciatura. Mi tutor y yo lo enviamos y los comentarios de los revisores fueron extremadamente suaves, excepto uno que decía que el artículo no parecía un artículo de ciencia, sino que más bien parecía de ciencia ficción. Porque estaba todo muy revuelto. Ahora que lo veo en retrospectiva, estaba muy mal hecho. Estábamos tratando de contar una historia que no era posible. Siempre me acuerdo de eso para tratar de no repetirlo.
¿Qué sigue para su línea de investigación?
En este momento tengo como perspectiva estudiar en bacterias y en algunos hongos las proteínas que le dicen a un gen cuando se exprese y cuando no. Con colegas de Brasil estamos tratando de identificar cuáles podrían ser las proteínas que regulan un gen de entre una gran maraña de interacciones. Es como una red social, en donde habrá gente muy popular que estará muy conectada con otras personas y habrá gente muy solitaria. Solo que en este caso, las populares o solitarios, serían los genes. Lo que a nosotros nos interesa es identificar aquellos genes que son muy populares dentro del contexto de interacción en los organismos y ver si esos genes que son más populares son sujetos a procesos de inhibición por algún tipo de fármaco.
¿Qué consejos podría darles a las nuevas generaciones que quieren hacer investigación?
Yo creo que hay dos cosas que son fundamentales para ser un científico o científica. Una es la perseverancia, es decir, estar trabajando duro y duro todos los días. Estar tratando de satisfacer algún tipo de curiosidad innata. La otra es leer. Leer todo lo que caiga en sus manos. El leer da una visión distinta en el intercambio de ideas. Pero, no leer solo las notas de Facebook o Instagram. Yo les digo a los chicos que se olviden de que existen los medios electrónicos y que regresen a las bases; los libros, poemas y todo lo que esté escrito e impreso.
¿Cuál es su opinión sobre la divulgación de la ciencia?
A mí me gusta hacer divulgación de la ciencia y siempre he pensado que hay que tratar de explicar qué es lo que estás haciendo en un lenguaje accesible. Por ejemplo, tenemos algunos escritos que hemos publicado en algunas revistas de divulgación, sobre todo en una revista electrónica que se llama Q. En esta revista teníamos una sección que se llama detrás del artículo. Contábamos que es lo que hacíamos en diferentes trabajos que salían publicados en revistas científicas.
El solo hecho de sentarte a platicar con alguien sobre lo que estás haciendo, es gratificante. Por una parte, pone orden en tu cabeza y por otra hace que aprendas a explicar lo que haces. Tenía un profesor en la facultad que siempre nos decía que, si puedes explicarle a tu abuelita lo que estás haciendo en tu proyecto de investigación, entonces estabas listo para ser un buen investigador.
Citar esta entrada como:
Álvarez-López D.I. (2024). Dr. Ernesto Pérez Rueda. La bioinformática. 5(2), 8-10. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/entrevistas/dr-ernesto-pérez-rueda
Dr. Ernesto Pérez Rueda I Maestro y doctor Ciencias Biomédicas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actual investigador titular C en el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, sede Mérida, Yuc., Méx.
Fecha de publicación en línea: 15 de agosto, 2024.