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El lado picante del jengibre
M.C. Itandehui Arriaga González y M.C. Laura Victoria Aquino González.
El jengibre (Zingiber officinale Rosc.), tuvo su origen en el continente asiático. Actualmente, China e India son sus principales productores. La planta de jengibre está constituida por hojas, flores, tallos y rizomas[1]. El jengibre, es ampliamente utilizado como un ingrediente que aporta sabor, y forma parte de diversos dulces, platillos, bebidas y de condimentos culinarios como el curry. Además, es altamente valorado como atenuante de algunos malestares físicos como dolor de estómago, náuseas, resfriados, inflamación y problemas de circulación, entre otros.
Las personas que han probado el jengibre describen su sabor como aromático, picante, irritante y adormecedor. Sensaciones similares a las que produce el chile. Los responsables de esto, son algunas moléculas producidas por las plantas, conocidas como metabolitos secundarios. Los metabolitos son producidos como mecanismo de defensa contra depredadores y condiciones climáticas adversas, y cada especie vegetal produce compuestos específicos. Por ejemplo, los chiles, como el habanero (Capsicum chinense Jacq.), producen una sustancia pungente (picante) llamada capsaicina, que al entrar en contacto con la saliva de algún valiente que se atreve a comérselo, interactúa con receptores (proteínas) presentes en la lengua, que a su vez, transmiten señales al sistema nervioso para indicarle que hay irritación o dolor en la boca.
En el caso del jengibre, existen varios metabolitos responsables de su aroma, sabor y pungencia, tales como el zingibereno, gingeroles, shaogoles y zingerones, los cuales se encuentran principalmente en los rizomas. Esta parte de la planta es la de mayor uso en el ámbito culinario y medicinal. Por ejemplo, el zingibereno es un compuesto volátil[2] que forma parte de los aceites esenciales del rizoma, y le otorga su aroma cítrico y dulce. Mientras que, los shaogoles y zingerones son compuestos que se generan a partir de la degradación del rizoma, ya sea por cocción, deshidratación u oxidación. Otros compuestos como los gingeroles se encuentran en los rizomas más frescos de jengibre y otorgan una sensación de mayor pungencia.
En la medicina tradicional asiática y mexicana se consume el zumo y las infusiones de jengibre como coadyuvantes contra las náuseas o el vómito, y como digestivo, lo que favorece la secreción de saliva, la producción de ácido gástrico y el movimiento intestinal. Además, entre sus múltiples beneficios para la salud, también se sabe que contribuye a mejorar la circulación sanguínea. En las culturas china, hindú y japonesa es considerado como afrodisiaco, ya que, tras su ingesta, las personas perciben un incremento en la temperatura corporal, esto se debe a que el jengibre tiene un efecto vasodilatador o expansor de los vasos sanguíneos, y produce un mayor flujo e irrigación de sangre que brinda la sensación de calor corporal.
Los efectos sobre la salud humana de los metabolitos anteriormente mencionados se han evaluado a través de investigaciones científicas, y se ha confirmado que el jengibre actúa como antioxidante, antimicrobiano, antiinflamatorio, analgésico, antiemético[3] y antihiperglucemiante[4] además de favorecer el proceso respiratorio y ayudar a combatir las células cancerígenas.
La extracción y evaluación de los metabolitos del jengibre permite generar productos con diversos usos y aplicaciones. Por ejemplo, como componentes nutracéuticos[5], mejoradores de sabor y aroma, antimicrobianos, etc. Por ello, en el Laboratorio de Tecnologías Agroalimentarias del IPN-CIIDIR, unidad Oaxaca trabajamos en la extracción e identificación de metabolitos de diversas especies vegetales para evaluar su efecto como un conservador natural para alimentos, y su actividad sobre las células del cuerpo. Así que, la próxima vez que consumas chile, jengibre o alguna otra especia con tu comida, recuerda que investigadores e investigadoras mexicanas se encuentran estudiando los beneficios de sus metabolitos.
[1] Tallos que crecen horizontalmente por debajo de la tierra, actúan como órganos de reserva ante la escasez de nutrientes y fungen como soporte para la planta.
[2] Que se evapora, sustancia con tendencia a pasar a la fase de vapor.
[3] Que previene o reduce náuseas o vómitos.
[4] Que disminuye los niveles de azúcar en la sangre.
[5] Producto o alimento enriquecido con ingredientes que ayudan a mejorar funciones específicas del organismo y benefician a la salud humana.
Para más información consulte:
García G.S.H., Ortega M.J., García R.M.E., Martínez M.C., Beristáin G.C.I. (1995). La capsaicina, el principio pungente del chile; su naturaleza, absorción, metabolismo y efectos farmacológicos. Ciencia. 46(1), 84-102.
Salgado F. (2011). El jengibre (Zingiber officinale). Rev. Int. Acupunt. 5(4), 167-173. https://doi.org/10.1016/S1887-8369(11)70041-2
Siedentopp U. (2008). El jengibre, una planta medicinal eficaz como medicamento, especia o infusión. Rev. Int. Acupunt. 2(3), 188-192. https://doi.org/10.1016/S1887-8369(08)72011-8
M.C. Itandehui Arriaga González y M.C. Laura Victoria Aquino González I Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (IPN-CIIDIR), Unidad Oaxaca, México.
Fecha de publicación en línea: 06 de marzo, 2025.
Citar este artículo como:
Arriaga G.I., Aquino G.L.V. (2025). El lado picante del jengibre. Ciencia Cakotanú. 6(1), 2-3. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/artículos/v6n1-2025/el-lado-picante-del-jengibre