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Viajeras del viento: la magia de las semillas voladoras
M.C. Luis Carlos Gutiérrez Pacheco y Dr. José Armando Muñoz Sanchez.
Los procesos de sobrevivencia de los árboles se establecen con base en el desarrollo de estrategias biológicas muy interesantes. El componente clave en estos procesos son las semillas. Al respecto, hay especies arbóreas que aprovechan el soplo del aire para poder reproducirse. ¡Producen semillas que vuelan!
Las semillas son los reservorios o depósitos del material genético de las plantas, y su dispersión intenta garantizar, a través del tiempo, la mejora continua de las especies.
La dispersión de las semillas ocurre de forma amplia y variada y su clasificación se basa de acuerdo con los agentes que intervienen. Como los agentes bióticos, en donde los animales consumen los frutos y dispersan las semillas a través de sus heces. En segundo lugar, están los agentes abióticos como la gravedad, el viento, el agua y el calor.
En la Península de Yucatán existen ecosistemas de selva baja, que se extiende al norte de la Península, selvas altas que se extienden hacia el sur, y duna costera, que incluye petenes y manglares. Dentro de ese tipo de selvas, las especies arbóreas han desarrollado estrategias para la dispersión de sus semillas. Una de estas estrategias es la anemocoria, es decir, la dispersión de las semillas por acción del viento.
Entonces, cuando hablamos de semillas que pueden volar, nos referimos a estructuras que, por su diseño y función, resultan casi “superbiológicas”. Además, de que llaman la atención por la particular belleza de su morfología y color.
En Mérida, Yuc., en el Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. (CICY), hay 4 especies de árboles con semillas voladoras. La primera es la emblemática ceiba (Ceiba pentandra (L.) Gaertn.) o Yaaxché. Este árbol tiene un significado especial, pues es considerado sagrado por los mayas. Su fruto en forma de pera es verde, y al madurar adquiere un color café que se abre en la rama; y que con ayuda del viento va liberando el mucílago fibroso en el cual están embebidas las semillas. ¡Como si fueran paracaídas llevando su preciosa carga!
Seguimos con el cedro (Cedrela odorata L.) o “Ku ché”. Este árbol también es utilizado ampliamente en carpintería y en la elaboración de artesanías. Sus frutos son redondos como bayas; al secarse, se abren dejando caer sus semillas de forma elíptica. Esta forma funciona como una pluma de ave que cae al suelo con patrón de vuelo en espiral, rotando perpendicularmente sobre su eje vertical y permitiendo que el viento pueda llevarlas a una mayor distancia.
Otro árbol que presenta esta característica es el maculís (Tabebuia rosea (Bertol). DC.) o “Kob ab”. Este árbol es uno de los más bellos de admirar en su época de floración, ya que se cubre de flores de color rosa dando vida y belleza a su entorno. Sus semillas están contenidas en vainas que, cuando se secan, se abren por la mitad dejando libres sus características semillas “aladas”, mejor conocidas como sámaras, que aprovechan el soplo de la brisa para volar, girando sobre sí mismas sobre su eje horizontal. ¡Como si fueran pequeños helicópteros!
Finalmente, llegamos al chum (Cochlospermum vitifolium (Willd.) Spreng.) o “Chu’um” (Figura 4). Este árbol posee flores de color amarillo intenso que le otorgan un atractivo singular como árbol de ornato. También se ha usado para la rehabilitación de suelos donde hubo explotación minera. Sus semillas están contenidas en un fruto redondo que puede ser tan grande como una naranja o tan pequeño como una ciruela. Al madurar, cuando los frutos se secan, estos se abren, permitiendo que las semillas embebidas en una matriz fibrosa vuelen cual intrépidos paracaidistas hasta el suelo, y den lugar a una nueva generación. La función de toda semilla.
El conocimiento siempre da luz nueva para ampliar perspectivas y cuidar mejor nuestro planeta. Estamos seguros de que este recorrido te ha develado la forma en que las plantas se han adaptado para continuar su especie, así que, cuando observes alguna de las especies aquí descritas, recuerda que proviene de una viajera del viento.
Para más información consulte:
Aprende Historia (2012). Plantas que vuelan: un vistazo a la naturaleza en movimiento. https://aprende-historia.com/plantas-que-vuelan-un-vistazo-a-la-naturaleza-en-movimiento/ (fecha de acceso: 29 de abril, 2024).
Bullen A., Ibarra-Manríquez G. (2020). Plantas viajeras: la maravillosa aventura de las semillas. Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, UNAM. https://www.iies.unam.mx/comunicacion-cientifica/topicos/biodiversidad/ (fecha de acceso: 29 abril, 2024).
SEO Birdlife (2012). Las semillas viajeras, espacios naturales. https://clubaventureros.org/dispersion-de-semillas/ (fecha de acceso: 29 de abril, 2024).
M.C. Luis Carlos Gutiérrez Pacheco y Dr. José Armando Muñoz Sanchez I Centro de Investigación Científica de Yucatán A.C.
Fecha de publicación en línea: 23 de diciembre, 2024.
Citar este artículo como:
Gutiérrez P.L.C., Muñoz S.J.A. (2024). Viajeras del viento: la magia de las semillas voladoras 5(4), 16-18. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/artículos/v5n4-2024/viajeras-del-viento-la-magia-de-las-semillas-voladoras