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Reposicionamiento de fármacos: redirigiendo balas
Dr. Oscar Abelardo Ramírez Marroquín.
La búsqueda de la salud y el bienestar ha sido un esfuerzo constante de la humanidad desde tiempos antiguos. Por ejemplo, en la Edad Media los alquimistas (precursores de los actuales químicos) buscaron entre sus fórmulas y experimentos el elíxir de la vida, que les permitiera gozar de buena salud por muchos días. Y si bien, descubrieron elementos químicos y la forma de preparar nuevos compuestos en el laboratorio, nunca dieron con el tan anhelado elíxir. Varios siglos más tarde, el científico alemán Paul Ehrlich desarrolló una “bala mágica”, una sustancia química capaz de acabar con los microorganismos causantes de enfermedades en el cuerpo, pero sin ultimar al organismo humano. Esta “bala mágica” se trata del salvarsán, un compuesto químico que salvó la vida a muchos enfermos de sífilis (enfermedad de transmisión sexual causada por la bacteria Treponema pallidum) a principios del siglo XX.
Así como el salvarsán, cualquier otra sustancia, sintética o de origen natural que se distinga por su acción terapéutica, puede recibir el nombre de fármaco o ingrediente activo. En los medicamentos (tabletas, grageas, jarabes, etc.), el fármaco se formula con excipientes, es decir, sustancias que no ejercen un efecto terapéutico, pero que acompañan al ingrediente activo y facilitan su administración.
Sin embargo, el desarrollo de un nuevo fármaco toma entre diez y quince años e implica una inversión de alrededor de mil millones de dólares (esta cantidad alcanzaría para comprar varios aviones Boeing 787), encareciendo su costo en el mercado e impidiendo su acceso universal. Por lo anterior, los científicos se han propuesto utilizar fármacos ya disponibles para tratar distintos padecimientos. Esto es ventajoso, ya que los fármacos aprobados para su venta han sido consumidos por millones de pacientes y han resultado seguros. Por ejemplo, suponiendo que se descubriera que el ácido acetilsalicílico, de nombre comercial Aspirina, pudiera combatir algún tipo de cáncer, su uso se aprobaría en menos tiempo para esta nueva indicación terapéutica; abaratando el costo del tratamiento y haciéndolo accesible para todos, en comparación con el tiempo y el costo que supone el desarrollo de un nuevo fármaco.
En analogía con Ehrlich y su “bala mágica”, el reposicionamiento de fármacos sería como utilizar una bala que ya tenemos, pero ahora para atinar a otro blanco, en vez de buscar una nueva bala. Quizá el ejemplo más conocido es el sildenafilo (nombre comercial Viagra) el cual se desarrolló para el tratamiento de la angina de pecho, pero que en ensayos con pacientes favoreció la erección en varones y terminó aprobándose como un tratamiento para la disfunción eréctil. Otro ejemplo es la talidomida, un fármaco que fue desarrollado para aliviar las náuseas durante el embarazo y ahora se utiliza para tratar la lepra. También, el topiramato fue un fármaco desarrollado para el tratamiento de la epilepsia, que después se utilizó para prevenir la migraña y más tarde se aprobó como tratamiento para el control de peso. De manera similar, en situaciones de emergencia sanitaria como la provocada actualmente por el coronavirus tipo 2 del síndrome agudo respiratorio (SARS-CoV-2), el reposicionamiento de fármacos permite generar nuevos medicamentos en tiempo récord para una enfermedad que carece de tratamiento. Por ejemplo, el fármaco remdesivir fue originalmente desarrollado para tratar la enfermedad por el virus del Ébola y ahora ha sido aprobado en Estados Unidos, México y otros países para el tratamiento de la COVID-19. Esto demuestra el valor del reposicionamiento de fármacos como una estrategia útil para el desarrollo de nuevas terapias, con el fin de alcanzar una vida más saludable. Finalmente, cabe aclarar que aunque algunos medicamentos pueden ser eficaces en el tratamiento de varios padecimientos a la vez, la administración de estos debe ser bajo prescripción médica y debe evitarse la automedicación.
Para más información consulte:
De Kruif P., Motts I.E. (2018). Los cazadores de microbios. Editorial Porrúa. México. ISBN: 9789700768045.
Saldívar-González F., Prieto-Martínez F.D., Medina-Franco J.L. (2017). Descubrimiento y desarrollo de fármacos: un enfoque computacional. Educ. Quím. 28(1), 51-58. https://doi.org/10.1016/j.eq.2016.06.002
Saldívar-González F., Medina-Franco J.L. (2021). Nuevos usos a medicamentos existentes: el reposicionamiento de fármacos y su importancia en crisis sanitarias. Entorno. 14(5), 4-15. https://entorno.udlap.mx/entorno-14/
Dr. Oscar Abelardo Ramírez Marroquín I Centro de Investigaciones Científicas-Instituto de Química Aplicada de la Universidad del Papaloapan.
Fecha de publicación en línea: 30 de octubre, 2024.
Citar este artículo como:
Ramírez M.O.A. (2022). Reposicionamiento de fármacos: redirigiendo balas. 3(2), 6-7. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/artículos/v3n2-2022/reposicionamiento-de-fármacos-redirigiendo-balas