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Dra. Teresa Hernández Sotomayor. Una mujer de ciencia
Por: M.C. Evelyn A. Carrillo Bermejo.
¿Quién es la doctora Teresa Hernández?
Soy una mujer muy tenaz y muy determinada que nunca ha dicho no puedo. Siempre estoy decidida a alcanzar mis metas. Soy una persona muy sensible y muy romántica, en el sentido que pongo todo lo que tengo en cada una de las cosas que hago desde que me levanto por la mañana. Me encanta bailar y la música. En general, soy una persona muy alegre, cuando me enojó se me pasa rápido. Me gusta mucho la gente. Y me cuesta mucho trabajo hacer una diferencia entre cómo me defino como investigadora y como mujer, porque soy una mujer científica.
¿Cómo decidió ser científica?
Recuerdo que yo le decía a mi mamá que quería ser investigadora. Estoy segura de que a esa edad yo no sabía qué era eso y no me imaginaba cuál era el camino que había que seguir. Pero, yo quería hacer investigaciones y ayudar a entender las enfermedades. Conté con mucha suerte, porque en mi familia había una familiar médica y me dijo que si yo quería ser investigadora o médica me iba a llevar a algunos hospitales y laboratorios químicos para que viera la realidad de un profesionista. Entonces, me llevó al Instituto Nacional de la Nutrición y, pues claro, a los 17 años me impresionó mucho y decidí que la medicina no era lo mío. También fui al Instituto de Química de la UNAM, a un laboratorio de bioquímica, ese fue mi primer acercamiento con esta disciplina y quedé fascinada. En este instituto tenían muchos equipos, no me dejaban tocarlos, pero, me dejaban preguntar para qué servían y qué se podía aprender con ellos, entonces, me empezaban a explicar y ahí fue cuando decidí que quería ser científica.
¿Cuáles han sido los retos que ha atravesado en su carrera por ser mujer?
Primero tengo que decir que nunca tuve un obstáculo por ser mujer, nadie me dijo: - eres mujer y no puedes hacer una maestría, un doctorado o no puedes estar en este trabajo. A mí nunca me hicieron menos, pero, sé que algunas compañeras tuvieron esos contratiempos. Sin embargo, sí tuve que hacer un balance muy importante en mi vida, porque me casé muy joven y tuve mi primera hija a los 23 años; además, estaba estudiando inglés y comenzando mi maestría para poder ser investigadora. Entonces, como soy muy tenaz, determinada, muy necia y cuando quiero lograr algo, no descanso hasta conseguirlo, en ese momento aprendí que la única manera en la que yo podía ser mujer, madre e investigadora era priorizar mi día a día. Aprendí a ser muy organizada durante las horas en las que mi hija estaba en la guardería para poder salir corriendo por la tarde, ir por ella y dedicarme a mi hija.
¿Qué consejo le puede dar a las mujeres que quieren tener una familia y ser científicas?
Primero que nada, la decisión de ser esposa y madre es decisión de la mujer. Yo conozco compañeras que están en Estados Unidos que tomaron la determinación de no tener hijos. Si una mujer toma esta decisión, por la razón que sea, es una elección muy válida. Desde que empecé con la divulgación de la ciencia, he tenido la oportunidad de participar como mentora en programas como “Inspira Más”, de la Secretaría de Investigación, Innovación y Educación Superior de Yucatán, y he ido a varias escuelas preparatorias a dar pláticas. Uno de los comentarios que más me hacen las estudiantes, es que tienen mucha presión por parte de su familia para que tengan hijos. Entonces, si una mujer considera que aún no es el tiempo de tener hijos o no quiere tenerlos, nadie tiene por qué presionarla. Por otro lado, si ya tomaron la decisión de formar una familia, hay muchas facilidades para poder trabajar y estudiar, hay guarderías y uno puede trabajar o estudiar durante las mañanas y ser mamá por la tarde.
¿Cómo fue su experiencia como miembro de la Sociedad Mexicana de Bioquímica?
Es una historia muy interesante. Cuando estaba estudiando y ya me había decidido por ser bioquímica, me incorporé al laboratorio del doctor Adolfo García Sáenz en el Centro de Fisiología Celular de la UNAM, el director del centro era el doctor Antonio Peña Díaz, quien también era el presidente de la Sociedad Mexicana de Bioquímica (SMB). En ese tiempo participé como asistente en un congreso nacional de bioquímica de la SMB, en Guadalajara, Jal., Méx., y quedé fascinada.
¡Ese congreso marcó mi vida en muchos sentidos! Después, me fui a Estados Unidos 4 años y cuando regresé volví a ir al congreso nacional, pero, fui como profesora y a partir de ese momento me empecé a involucrar en las actividades de la SMB. Estuve en la comisión de admisión de nuevos socios, me invitaron a participar en la organización de diferentes congresos, etc. Pero, en una ocasión estaba organizando el congreso de plantas cuando me habló el vicepresidente de la SMB y me invitó a ser vicepresidenta y después presidenta, y nunca me imagine en lo que me iba a meter porque no es solo organizar congresos, hay muchas cosas por hacer, pero, estoy muy contenta de lo que hemos logrado en la mesa directiva y no pude haber cerrado mi carrera científica de una mejor manera.
Ahora que se ha jubilado, ¿qué sigue para la doctora Teresa Hernández?
Después de haber trabajado 30 años en el Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C., 4 años en Estados Unidos, 5 en la UNAM y 6 meses de sabático en la Universidad Autónoma de Yucatán, me planteé una reflexión, porque si bien la ciencia es una parte de mi vida, no tengo el tiempo de disfrutar a mis nietos, no he podido ser abuela, y entonces dije: vamos a hacer un alto. Porque ahora mi faceta de madre y abuela quiere dedicarse a la familia, a la lectura y a seguir jugando a la química, pero, en la “cocinología”, transformando una carne en un asado o unos chiles en un mole y a pasar tiempo con mis nietos, para que se acuerden de su abuela como yo me acuerdo de la mía. Y seguiré dando clases y haciendo divulgación científica.
¿Considera importante que la sociedad conozca lo que hacen los y las científicas?
Claro que sí, es muy importante. Como mencioné, yo comencé a involucrarme en programas que tiene el gobierno de Yucatán, que consisten en ir a las preparatorias al interior del estado para platicar con los estudiantes sobre ciencia, y me da una gran satisfacción ver la cara de asombro de los jóvenes cuando conocen cosas nuevas y les digo que ellos pueden ser científicos y científicas. Entonces, uno puede marcar una gran diferencia en una persona, creo que a este País lo que le hace falta es tener más oportunidades para que las personas puedan estudiar, si nuestros niños y nuestros jóvenes están mejor educados, vamos a tener mejores personas y mejores padres de familia, entonces, yo voy a seguir comunicando la ciencia.
Citar esta entrada como:
Carrillo-Bermejo E.A., Herbert-Doctor L.A. (2022). Dra. Teresa Hernández Sotomayor. Una mujer de ciencia. 4(1), 9-11. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/entrevistas/dra-teresa-hernández-sotomayor
Dra. Tereza Hernández Sotomayor I Doctora en Ciencias Biomédicas, por la Universidad Nacional Autónoma de México. Actual investigadora nivel E en el Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C.
Fecha de publicación en línea: 15 de agosto, 2024.