Volumen 2. Número 1. Enero-Marzo, 2021.

Dra. Marisol Herrera Rivero. Una científica en Alemania

Por: Dra. Carmen Sol de la Peña Cruz.

Para usted, ¿qué es la ciencia?


Para mí, la ciencia es la manera que tenemos de adquirir conocimiento sobre el universo, y así intentar explicar la vida y todo lo que nos rodea, a través de la observación y experimentación.


¿Por qué decidió dedicarse a la ciencia?


Bueno, fueron dos razones, principalmente.

Por un lado, hace muchos años, el comenzar a adquirir conocimientos científicos sobre fisiología, física, química, genética y biología molecular, cambió mi perspectiva sobre la vida y sobre mí misma. Me sentí abrumada y verdaderamente asombrada de lo que es la vida.


Esto despertó en mí una pasión por querer conocer más sobre lo que pasa en nuestro organismo.

Por otro lado, siempre he sentido una fuerte necesidad de apoyar, de alguna manera, a la gente que sufre, y pienso que la investigación biomédica me brinda la oportunidad de contribuir mi granito de arena a mejorar la vida de personas que, alrededor del mundo, se ven afectadas por enfermedades crónicas.


¿Qué la motivo para salir de México a trabajar a Alemania?


Inicialmente, la intención era hacer un postdoctorado en el extranjero por uno o dos años, para obtener más experiencia en mi línea de investigación, y volver a México a laborar.


Sin embargo, me di cuenta de lo limitadas que eran mis oportunidades laborales en México, en mi área de conocimiento, por lo que decidí permanecer en Alemania. Además de eso, siendo realmente honesta, un factor importante en mi decisión de emigrar y permanecer en Alemania fue la inseguridad que ya se vivía en México en ese momento. En Alemania no solamente tengo el trabajo que yo deseaba y oportunidades de crecimiento profesional, sino también me siento mucho más segura estando en mi casa y tranquila al salir sola a la calle.


¿Qué obstáculos ha tenido que enfrentar haciendo ciencia en un país extranjero?


Creo que más bien me he topado con muchos retos que emergen de la vida en el extranjero, dentro de estos, los mayores retos a los que me he enfrentado son: el estar tan lejos de mi familia y amigos, adaptarse a una cultura y sociedad distinta, tratar de desenvolverse para asuntos oficiales en un idioma completamente diferente la dificultad de hacer amigos, acostumbrarse al clima, a las nuevas reglas, los productos y comida, incluso al agua.


¡He aprendido que en la ciencia existen “problemas”  que  son universales! Si bien, el depender de un contrato de empleo (usualmente de 1-2 años) para conservar el permiso de residir en un país extranjero se vuelve estresante, no considero que esto represente un obstáculo. Sin embargo, como mencioné, el idioma sí puede llegar a representar un problema, cuando no se tienen los conocimientos necesarios. Por otro lado, en ocasiones llega a vivirse cierto grado de discriminación. Aunque yo no me he topado con frecuencia con este problema, sí me he tenido que enfrentar con alguna persona en el grupo de trabajo que da un trato “menos entusiasta” a los extranjeros. A pesar de ser triste y frustrante, en muchas ocasiones, no hay algo que realmente podamos hacer al respecto, por lo que es preferible evitar trabajar con personas con conducta discriminativa, incluso buscando un nuevo equipo de trabajo.


¿Considera que en México se enfrentaría a problemas similares?


En México, el problema principal que tenía para hacer ciencia era, sin duda, la escasez de recursos económicos que derivan en la falta de equipos, materiales y apoyos para la divulgación del trabajo que se realiza o la educación continua (asistencia a congresos, cursos, etc.). Aunque los países extranjeros  no  están  exentos de este problema, en general, creo que existen  más opciones para adquirir financiamiento de terceros, y una cultura en la ciencia que empuja a los investigadores a hacer grandes esfuerzos por conseguir subsidios, participar en consorcios y colaborar.


¿Cuál es su opinión respecto a la situación de la ciencia en México?


En México hay excelentes investigadores de talla internacional y una importante formación de talentos. En mi opinión, los grandes problemas son: las escasas oportunidades que encontramos los jóvenes con interés en dedicarnos a la investigación, la falta de financiamiento que existe en la mayoría de los centros de investigación y la reducida cultura de colaboración que se observa en el país.


Actualmente, ¿qué línea de investigación está desarrollando?


Me dedico al estudio de los factores genéticos involucrados en fenotipos complejos. Principalmente, enfermedades neurológicas, psiquiátricas y cardiovasculares, utilizando herramientas de bioinformática y estadística aplicadas a la genómica y transcriptómica.


¿Cómo podrían traducirse los hallazgos realizados mediante estudios genómicos en aplicaciones clínicas?


La aplicación inmediata de los hallazgos genéticos es la predicción de riesgo genético de enfermedades con base poligénica y el diagnóstico de enfermedades monogénicas. Aunque existe la posibilidad, de que genes que se asocian con alguna enfermedad llegasen a convertirse en dianas terapéuticas, se necesitan muchos pasos previos. Por ejemplo, realizar estudios funcionales en mode los celulares y animales para elucidar mecanismos e interacciones moleculares. Además, cada vez estamos más cerca de que los hallazgos en el área de la genómica se traduzcan en lo que se conoce como medicina personalizada: tratamientos donde nuestra información genética permita a los profesionales de la salud diseñar estrategias preventivas acordes a nuestro riesgo genético de desarrollar enfermedades.  Así como: diseñar regímenes de tratamiento que sean más favorables para cada uno de nosotros. Por ejemplo, conocer la respuesta a fármacos basada en nuestra información genética.


Finalmente, ¿considera usted, que en México las personas conocen la importancia de la ciencia?


La respuesta corta es: no. 

Creo que la población general no conoce lo que es la ciencia y por ello se deja llevar por los mensajes erróneos de la televisión y las películas, donde no faltan los científicos locos o malvados que crean poderosas armas de destrucción o virus que buscan acabar con la humanidad o la vida en la Tierra. También se dejan llevar por teorías conspirativas o cualquier video absurdo de Internet, pero esto se debe a que no existe una educación para promover la cultura científica. 


Sin este tipo de cultura adquirida previamente, es muy difícil que la población comprenda las bases científicas de cosas cotidianas, lo hemos visto recientemente con la pandemia. Creo que muchos mexicanos se han hecho a la idea de que la ciencia es peligrosa y por ello la rechazan. Esta situación debe experimentar un cambio de raíz: comenzando y acercando la ciencia a las generaciones más jóvenes.

Citar este artículo como:

Peña-Cruz C.S. (2021). Dra. Marisol Herrera Rivero. Una científica en Alemania. Ciencia Cakotanú. 2(1), 6-9.  También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/entrevistas/dra-marisol-herrera-rivero

Dra. Marisol Herrera Rivero. 


Investigadora en el Departamento de Genética Epidemiológica, Instituto de Genética Humana, Universidad de Münster, Alemania.


Licenciada en Q.F.B. y Dra. en Ciencias Biomédicas por la Universidad Veracruzana (UV). Con posgrado en Neuropsicología y Demencias por la Universidad Miguel de Cervantes (Valladolid).


Fecha de publicación en línea: 04  de septiembre, 2022.