Volumen 2. Número 4. Octubre-Diciembre, 2021.

Dra. Clelia de la Peña Seaman. Fuera y dentro del laboratorio.

Por: M.C. Evelyn A. Carrillo Bermejo.

¿Cómo se define como investigadora y como persona fuera del área de la investigación? 


Como una chava tranquila, romántica y hogareña. La verdad es que me gusta estar con mi familia preparando cosas nuevas en la cocina y cuidando del jardín. Por otro lado, como investigadora me considero muy disciplinada, perseverante y muy observadora. 


En este camino de la ciencia si no eres disciplinada, empezando con la puntualidad, te pierdes de muchas oportunidades. 


¿Tiene algún pasatiempo que la haga olvidarse de la ciencia por un momento? 


Tengo 3 gustos fuera del laboratorio, aunque la pandemia ha impedido que los lleve a cabo y tuve que hacer una pausa. 


Me gusta mucho la equitación, el violín, el yoga y cuidar mi jardín. Además, me encanta jugar con mi hija. Pero, las pocas veces que salgo de casa, para ir al súper, o algo así, me interesa la gente, ver como salen adelante, como se esfuerzan por alcanzar sus metas, intentar descifrar qué es lo que está pasando por sus mentes, etc. Por ejemplo, cuando están en la fila del súper o esperando en la parada del autobús, es superinteresante ver su lenguaje corporal y como lo transmiten. Me encanta ver a la gente, me gusta mucho observar.

 

Recuerdo que en la bienvenida de estudiantes del Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C., usted nos recitó un poema en estilo de rap. ¿Cómo nació esa afición? 


Desde muy temprana edad empecé a escribir cosas así. Cuando yo tenía 10-11 años, una amiga me regaló un diario, uno supuestamente debe escribir historias secretas de la vida en un diario, pero, en realidad yo lo usaba para escribir pensamientos o cosas que pasaban por mi mente en ese momento. Más adelante les escribía cartas, así como salidas del alma, a mis amigos y amigas. Mientras estudiaba la carrera comencé a escribir estrofas que rimaban y estos ejercicios (por mencionarlos así) me ayudaron mucho en mi vocabulario, tanto así, que me invitaban a participar en los debates de la escuela o a ser miembro de las sociedades de alumnos, pero nunca aceptaba. Siempre fui una chica muy tímida y me enfoqué más a mis estudios que a la política.


¿Qué libros de poesía les recomendaría a los lectores de Revista Ciencia Cakotanú?

 

No tengo un gusto específico por algún escritor. He leído a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, entre otros, pero no puedo decir que me hayan amarrado al sillón. A mí me gustan más las biografías, donde se relata la vida real. Por ejemplo, la biografía de Mahatma Gandhi o la de Jennifer Doudna, quién gano el Premio Nobel de Química en el 2020. También me gusta mucho un libro que escribió Robert Greene, que se llama “Maestría”, de hecho la portada tiene a Albert Einstein. Ese libro se lo recomiendo mucho a los jóvenes que quieren comenzar una carrera científica, ya que el libro relata muchos ejemplos, en el que el talento se queda corto en comparación con el ingenio y la perseverancia.

 

Por otro lado, ¿cuál ha sido su mayor motivación para dedicarse a la ciencia? 


Mi motivación en un principio fue saber por qué pasan las cosas, cómo funcionan los organismos. En mi caso el gusto por la ciencia no fue de la manera romántica, así como muchos dicen, que desde el vientre materno ya sabían que querían ser científicos. Yo quería estudiar medicina, pre- senté el examen y no pasé. ¡Pero soy muy terca! Lo volví a intentar una segunda vez y, pues, tampoco quedé. Mi mamá me dijo: - Bueno... ¿Qué pasa contigo? ¿Vas a estudiar, a trabajar o a qué te dedicarás? Mientras decidía que hacer con mi vida y esperaba el siguiente proceso de admisión en medicina estuve trabajando nueve meses como mesera en Sanborns y, lo hice bastante bien, de hecho me dieron un premio a la mejor vendedora. 


Después quería intentar entrar a la facultad de medicina una tercera vez, pero los conceptos básicos del temario ya se me estaban olvidando. Me comentaron que la carrera de Ingeniería Bioquímica del Tecnológico de Mérida tenía todos los conceptos básicos que yo necesitaba para aprobar el examen de medicina. Me inscribí y sorprendentemente pase el examen de admisión, a la primera. Fue tal mi enamoramiento con la carrera que dije: “No vuelvo a presentar para medicina, aquí me quedo”. 


¿Cuál es su actual línea de investigación? 


Actualmente estudio la epigenética en plantas de agave, cultivado en condiciones controladas de laboratorio. Es lo que he hecho en los últimos 10 años. 


¿De qué manera podría aplicarse su investigación a la vida diaria? 


La epigenética es una disciplina relativamente nueva y fascinante que ha dejado en un segundo plano el dicho de que todo lo que eres está escrito en tus genes. La epigenética regula los genes que pueden ser encendidos o apagados, dependiendo del medio ambiente al que estés expuesto. Por ejemplo, dependiendo de la cantidad de ejercicio que haces, de la comida que consumes y no solo la que consumes tú, sino, la que consumió tu mamá al momento de tenerte en su vientre. 


Entonces la epigenética se ha aplicado en la alimentación, la floración en las plantas, la salud y hasta en entender como se desarrolla una abeja reina, así que en este momento no sé en qué va a parar mi investigación, pero a lo mejor en 20 años se pueda utilizar mis resultados para eficientizar la captura de CO2 en las plantas, mejorar la fotosíntesis y por ende mejorar la productividad en campo... ¡Estoy segura!


Hemos hecho una división del concepto de ciencia. Entre ciencia básica y ciencia aplicada y en realidad no es así, la ciencia es ciencia. Por ejemplo, Jennifer Doudna investigó, por mucho tiempo, cómo las bacterias pueden defenderse ante el ataque de patógenos. Entonces, las personas se preguntan: ¿A quién le interesa? ¿Para qué sirve saber si una bacteria se defiende o no? Hoy sabemos que toda esa investigación dio origen a la tecnología CRISPR/Cas9, una gran herramienta de edición genética que se está probando para curar diferentes enfermedades. 


¿Qué mensaje le podría enviar a los jóvenes que están estudiando?


A los jóvenes que se van a dedicar a este camino tortuoso, pero además grandioso, es que lean mucho sobre filosofía de la ciencia. Además que sean pacientes, fuertes y perseverantes. Este camino no es fácil y es muy competitivo, pero todo eso se compensa con creces al final, se los aseguro, es una belleza ser científica/o.

Citar esta entrada como:

Carrillo-Bermejo E.A. (2021). Dra. Clelia de la Peña Seaman. Fuera y dentro del laboratorio. Ciencia Cakotanú. 2(4), 8-10.  También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/entrevistas/dra-clelia-de-la-peña-seaman 

Dra. Clelia de la Peña Seaman.


Investigadora titular B en el Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. (CICY). 


Doctora en proteómica y biología molecular por la Universidad de Colorado, Estados Unidos de América. 


Maestra en ciencias biológicas por el Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C.

 

Ingeniera bioquímica por el Instituto Tecnológico de Mérida.


Fecha de publicación en línea: 25 de octubre, 2023.