Volumen 4. Número 4 / 2023

¿Por qué siento lo que siento?

Est. Jesús Abraham Guillén Ruíz y Dra. Monserrat Macías Carballo

Las emociones son un grupo de reacciones psicológicas y fisiológicas que dan respuesta a estímulos externos, como, oler, escuchar, saborear, sentir o tocar. Estos estímulos producen una variación del estado de ánimo en un corto tiempo, pero de gran fuerza, y nos permite ajustarnos a situaciones, individuos, sitios y propósitos. En las emociones interviene el entendimiento o experiencias que alcanzamos en nuestro ciclo de vida. Estas pueden generar aumento del ritmo cardíaco, sudoración, angustia, sensación de un nudo en el estómago, respiración acelerada o cualquier otra respuesta modulada por el cerebro.


El cerebro se encuentra formado por diferentes células, estructuras y sistemas, como las neuronas, la amígdala cerebral, la corteza prefrontal, el sistema límbico, etc., que generan estímulos en nuestro cuerpo. 


Por ejemplo, las neuronas son células que se comunican entre sí y se envían información, esto da como resultado que experimentemos el movimiento de nuestro cuerpo o que suspiremos, entre otros. La amígdala y la corteza son estructuras que se encargan de generar y modular las emociones. La amígdala recibe la información de manera más rápida de nuestros sentidos y responde de manera instintiva. Un ejemplo de esto es imaginar que se va cruzando la calle y un vehículo se acerca a toda velocidad, nuestra reacción es apresurarnos al cruzar para no ser atropellados. La corteza está relacionada con los procesos de comprensión (percibir, memorizar, aprender, etc.) y actúa de la manera más conveniente, aunque su respuesta demora más tiempo en comparación con la respuesta producida por la amígdala cerebral. Un ejemplo de ello es pensar que ropa nos vamos a poner para el día siguiente para acudir a la escuela o el trabajo.


Como puedes ver, la amígdala es muy importante y junto con el hipotálamo (región cerebral que produce hormonas que regulan el apetito y el metabolismo), la corteza cerebral (región cerebral que regula e integra las reacciones relacionadas con enojo, llanto, y asco) forma parte del sistema límbico de nuestro cerebro. Este sistema procesa la ira, placer, dolor y temor, además de intervenir en los procesos de sed y como activador de la actividad sexual. En conjunto, el hipotálamo y la amígdala cerebral procesan las emociones de miedo, huida y congelación. Un ejemplo de este conjunto es que vas viajando por una carretera que tiene fama de ser insegura, y al salir de una curva encuentras muchos autos detenidos sobre la misma, en este punto tu cerebro hará muchas conjeturas de porque el tráfico está detenido dado el antecedente de la carretera, y tu reacción será de miedo o huida. Pero al darte cuenta de que solo hubo un derrumbe, poco a poco se irán desvaneciendo estas emociones.


Hasta ahora solo te he hablado de las estructuras cerebrales y como se relacionan con las emociones, la pregunta que seguiría es ¿qué función tienen las emociones?


Las emociones tienen tres funciones principales:


1. Función adaptativa: organiza al organismo para poder proceder eficazmente de acuerdo con lo que lo rodea. Esto ocurre como respuesta ante ciertas exigencias del entorno.


2. Función social: facilita el intercambio colectivo y tiene un enorme valor en la comunicación sin palabras. Pueden declarar tu estado de ánimo y permitirles a otros intuir tu comportamiento.


3. Función motivacional: tiene relación entre la emoción y el ánimo. Cuando la motivación aparece, te sientes interesado en hacer algo, la conducta motivada genera en ti una reacción emocional positiva. 


Por otro lado, las emociones se pueden clasificar en emociones primarias o innatas y emociones sociales o secundarias. Las emociones primarias están presentes desde tu nacimiento, forman parte de tu transformación adaptativa y son universales y pueden ser: alegría, asco, ira, miedo, sorpresa, desprecio y tristeza. Las emociones sociales o secundarias aparecen después de las emociones primarias, como consecuencia de la interacción con el colectivo, y a medida que desarrollamos capacidades intelectuales. Entre ellas podemos mencionar: celos, vergüenza, orgullo, placer y culpa.


Finalmente, podemos decir que las emociones que genera nuestro cuerpo, principalmente comandado por nuestro cerebro, nos ayudan a sobrellevar y actuar de la mejor manera, ya que las emociones son las que nos ayudaran a reaccionar ante algún suceso que ponga en peligro nuestra integridad física como que nos corretee un perro por la calle y nos ayude a reaccionar para correr ante el estímulo, o que nos ayuden a sobrellevar estímulos que no necesiten una reacción tan rápida como responder una pregunta en un examen, la cual debemos de razonar para poder integrar una respuesta. Es importante mencionar que en ocasiones hay alteraciones en los componentes que conforman el sistema límbico o en la falta o exceso de algún neurotransmisor (sustancia química producida por el cerebro que sirve como mensajero entre neuronas), generando un fuerte desequilibrio, el cual solo puede ser diagnosticado y tratado por los especialistas.

Para más información consulte:

Est. Jesús Abraham Guillén Ruíz y Dra. Monserrat Macías Carballo I Centro Universitario de los Altos, Universidad de Guadalajara. México.

Fecha de publicación en línea: 24 de enero, 2024.

Citar este artículo como:

Guillén R.J.A., Macías C.M. (2023). ¿Por qué siento lo que siento?. Ciencia Cakotanú. 4(4), 5-7. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/artículos/por-qué-siento-lo-que-siento