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Insectos: ¿Amigos o enemigos?
M.C. Gabriela García-Martínez y M.C. Pedro Javier Robles-Toral.
Hasta el día hoy, los insectos son el grupo animal dominante en el planeta tierra. De acuerdo a los trabajos de los biólogos Triplehorn y Johnson, los insectos han vivido desde hace aproximadamente 350 millones de años. Durante todo este tiempo, han evolucionado para adaptarse a casi todo tipo de hábitats, por lo que han desarrollado inusuales y sorprendentes características que son poco apreciadas por la sociedad.
Esta peculiar evolución ha provocado que la mayoría de las personas sientan temor al ver un escarabajo. Que se petrifiquen al observar una abeja o que perciban desagrado cuando en su camino se cruce una cucaracha. Y ni hablar de la sensación que producen los arácnidos que, aunque no pertenecen al grupo de los insectos, se les asemejan a ellos por su “falta de carisma” y “rareza física”. Sin embargo, la percepción que se tiene sobre estos bichos, no siempre corresponde a su importancia.
En la antigüedad, los insectos lograron generar un impacto significativo en la religión y la mitología. Prueba de ello se observa en los códices y vestigios arqueológicos de algunas culturas como en el Antiguo Egipto. Esta cultura presentó a un “escarabajo pelotero” como un dios: Khepri, el cual simbolizaba la vida eterna y la transformación constante. Otras culturas relacionan a las mariposas con la muerte, mientras que a las libélulas se consideran mediadoras entre el mundo terrenal y lo sobrenatural.
Por otro lado, de acuerdo a las investigaciones del doctor en ciencias Costa-Neto, los cuerpos de algunos insectos contienen propiedades analgésicas, antibacteriales, diuréticas y anestésicas, a su vez, estos organismos han formado parte de la dieta cotidiana de diversos pueblos debido a su alto nivel proteico.
Dentro de los ecosistemas, los insectos establecen interacciones biológicas imperceptibles para la humanidad. Hormigas y cucarachas enriquecen las propiedades físicas y químicas del suelo. Las moscas reciclan la materia orgánica en descomposición, mientras que las abejas y otros organismos polinizadores resultan benéficos para el hombre, hablando en un sentido económico. Si bien es cierto que los insectos tienen efectos positivos, también son agentes vectores de enfermedades importantes en la salud pública. A sí mismo, pueden causar grandes pérdidas en la agricultura debido a un incremento desmesurado de sus poblaciones, lo cual los convierte en insectos plaga.
Generalmente, los seres humanos relacionamos a los insectos solo por sus efectos negativos. En este sentido, el investigador Jesús Selfa y su colega Jorge L. Anento, afirman que la definición de organismo plaga tiene un solo sentido: el antropogénico. No obstante, se ha demostrado que el hombre puede inducir el crecimiento desmedido de los insectos considerados plaga. Hoy en día, gracias a las investigaciones de Zepeda-Jazo, se sabe que, en condiciones normales, los insectos pueden llegar a vivir sin que su número llegue a constituir una amenaza.
Actualmente, el uso indiscriminado de plaguicidas, el cambio climático, así como la acelerada transformación, degradación y fragmentación del hábitat natural, han provocado la pérdida de muchas especies de insectos, incluso aquellas que benefician al hombre.
De acuerdo con el análisis hecho por Sánchez-Bayo y Wyckhuys, en los últimos años se ha observado una disminución de insectos de hasta el 40%. Por ello, es importante implementar medidas sustentables que ayuden a recuperar las poblaciones de insectos. De la misma manera, es conveniente comprender que los insectos son pieza fundamental en la pirámide ecológica, por lo que su rápida disminución poblacional podría causar un daño irreversible y perjudicial.
Esta comprensión podría ser esencial para ayudar a darle a los insectos la importancia que tienen. Aunque algunos consideremos a los insectos como “desagradables”, “feos” o “molestos”, no hay que olvidar que cada uno de estos organismos tiene una labor importante y por ende un beneficio para todos los demás seres de este planeta. Si se extinguen, poco a poco lo harían las demás especies del planeta, e incluso los humanos. Por lo que nos queda preguntarnos: los insectos, ¿son nuestros enemigos perceptibles o… amigos silenciosos?
Para más información consulte:
Costa-Neto E.M. (2005). Entomotherapy, or the medicinal use of insects. J. of Ethnobiology. 25(1), 93-114. https://doi.org/10.2993/0278-0771(2005)25[93:EOTMUO]2.0.CO;2
Sánchez-Bayo F., Wyckhuys A.G.K. (2019). Wordwide decline of the entomofauna: A review of its drivers. Biol. Conserv. 232(1), 8-27. https://doi.org/10.1016/j.biocon.2019.01.020
Selfa J., Anento J.L. (1997). Plagas agrícolas y forestales. Bol. S.E.A. 20, 75-91.
Triplehorn C.A., Johnson N.F. (2005). Borror and DeLong’s introduction to the study of insects. Thomson Brooks/Cole, USA. ISBN: 0030968356
Zepeda-Jazo I. (2018). Manejo sustentable de plagas agrícolas en México. Agric. Soc. Desarro. 15(1), 99-108.
M.C. Gabriela García-Martínez y M.C. Pedro Javier Robles-Toral I Egresados de la Unidad Académica Sisal de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Fecha de publicación en línea: 30 de septiembre, 2024.
Citar este artículo como:
García-Martínez y Robles-Toral P.J. (2021). Insectos: ¿Amigos o enemigos? Ciencia Cakotanú. 2(4), 2-4. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/artículos/v2n4-2021/insectos-amigos-o-enemigos