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La comunicación química de las plantas con organismos del entorno
M.C. Cynthia Gemalit Martínez Centeno.
La comunicación entre organismos es un asunto esencial en los ecosistemas. Los humanos nos comunicamos a través del lenguaje, el cual involucra gestos, ademanes y el uso de palabras tanto articuladas como escritas, pero al no poseer un lenguaje como el nuestro ¿cómo le hacen las plantas para poder comunicarse?
Las plantas, debido a que son organismos sésiles (que no pueden desplazarse) han desarrollado diversas estrategias para su supervivencia, entre ellas, la comunicación a través del color, del sonido, de señales eléctricas y la que nos atañe en esta ocasión: la comunicación química. Este tipo de comunicación está implicada en distintos procesos como la reproducción sexual, en la defensa contra herbívoros y patógenos, así como en el establecimiento de asociaciones con microorganismos para obtener algunos beneficios nutrimentales.
Actualmente, sabemos que las plantas pueden comunicarse entre ellas a través de la liberación de compuestos químicos volátiles (VOC´s, por sus siglas en inglés). La liberación de dichos compuestos químicos es disparada por señales del entorno. Por ejemplo, cuando algún herbívoro llega a alimentarse de una planta, esta libera VOC´s al ambiente, los cuales son percibidos por plantas aledañas, provocando la fabricación de compuestos químicos que les permiten defenderse del herbívoro en cuestión. Una estrategia similar es llevada a cabo cuando las plantas deben hacer frente a patógenos como virus, bacterias y hongos.
Aunado a la comunicación planta-planta, estas también pueden comunicarse con organismos que pertenecen a otros reinos, como: animales, hongos y bacterias. Un claro ejemplo es la polinización, este fenómeno tiene lugar en algunas especies vegetales, gracias a que la mezcla de compuestos químicos provenientes de las flores (órganos reproductivos) les permiten atraer a sus polinizadores (insectos, lagartijas, aves e incluso mamíferos como los murciélagos). Estos polinizadores, al llegar a la fuente de atracción y alimentarse del néctar que les ofrecen las flores se impregnan de granos de polen (estructuras que contienen a los gametos masculinos); posteriormente, los polinizadores depositan el polen en otras flores de la misma especie, culminando en la fecundación de los gametos femeninos y la formación de semillas a partir de las cuales se originan nuevas plantas.
Existen registros de que algunas especies vegetales son incluso capaces de atraer a otros organismos para que las defiendan: por ejemplo, las plantas de maíz (Zea mays L.), cuando son dañadas por orugas, son capaces de atraer a avispas que parasitan a las tremendas orugas, impidiendo que estas sigan ocasionando daño a las plantas. De manera similar, algunas plantas del género Acacia establecen relaciones de cooperación con “ejércitos” de hormigas que se encargan de defenderlas contra el daño que pudieran experimentar a manos de depredadores, pero sin atacar a sus polinizadores, gracias a que las plantas pueden regular el comportamiento de las hormigas a través de una sutil “manipulación” química surgida del polen de las flores.
Por otro lado, las plantas leguminosas, como el frijol (Phaseolus vulgaris L.), tienen la capacidad de atraer bacterias benéficas, a través de la liberación de flavonoides (moléculas químicas de origen vegetal), y así establecen una asociación simbiótica para obtener elementos químicos del medio. Estas bacterias son conocidas como rizobios y tienen la capacidad de transformar el nitrógeno (N) inerte de la atmósfera en amonio (NH4), un compuesto que puede ser fácilmente absorbido por las plantas.
Finalmente, abordaremos ejemplos de la relación existente entre plantas y hongos. Cuando las plantas son atacadas por herbívoros o patógenos, transmiten mensajes de “alerta” a otras plantas a través de una red microscópica de hongos que permiten la interconexión entre raíces.
Evolutivamente existe la hipótesis de que las plantas, que originalmente habitaban ambientes acuáticos, lograron colonizar la tierra a través de una comunicación con hongos mediante el establecimiento de relaciones de cooperación (micorrizas).
En conclusión, las plantas se comunican de manera constante y eficiente no solo con sus pares, sino con una gran diversidad de organismos. Esto lo logran a través de distintos medios entre ellos el “lenguaje químico”, del cual seguramente aún falta mucho por descubrir. Ahora que sabes esto ¿qué te parecen las plantas? No son tan estáticas como parecen, ¿verdad?
Para más información consulte:
Bouwmeester H., Schuurink R.C., Bleeker P.M., Schiestl F. (2019). The role of volatiles in plant communication. Plant J. 100(5), 892-902. https//doi.org/10.1111/tpj.14496
Feijen F.A.A., Vos R.A, Nuytinck J., Merckx V.S.F.T. (2018). Evolutionary dynamics of mycorrhizal symbiosis in land plant diversification. Sci. Rep. 8(10698), 1-7. doi: https//doi.org/10.1038/s41598-018-28920-x
Gill V. (2009). Acacia y hormiga, la una para la otra. BBC News. https://www.bbc.com/mundo/ciencia_tecnologia/2009/12/091230_1133_hormigas_lp#:~:text=Las%20hormigas%20protegen%20a%20las,alimento%20en%20forma%20de%20n%C3%A9ctar (fecha de acceso: 31 de mayo, 2021).
M.C. Cynthia Gemalit Martínez Centeno I Docente en el Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios Núm. 76. Cuautla, Morelos, México.
Fecha de publicación en línea: 30 de septiembre, 2024.
Citar este artículo como:
Martínez C.C.G. (2021). La comunicación química de las plantas con organismos del entorno. Ciencia Cakotanú. 2(3), 2-5. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/artículos/v2n3-2021/la-comunicació-química-de-las-plantas-con-organismos-del-entorno