Volumen 4. Número 3 / 2023

Microalgas como fuente de alimentos sustentables y saludables

Dr. Juan Manuel Vera Morales

La producción actual de alimentos requiere varios recursos naturales finitos, como tierra fértil, agua dulce, nutrientes orgánicos e inorgánicos y un clima adecuado. Todo esto, hace que el aumento de la producción sea cada vez más insostenible, sobre todo si se busca generar alimentos sanos y adecuados para todo el mundo. Una estrategia para la producción sustentable de alimentos es el uso de microalgas. Estos organismos son seres microscópicos fotosintéticos, semejantes a las plantas, pero formados por una sola célula, y tienen un tamaño de entre 5 y 100 milésimas de milímetro. Las microalgas viven en ambientes acuáticos de todo tipo, desde el agua marina hasta en el drenaje de las ciudades. Ecológicamente, estos organismos son grandes organismos fotosintéticos, pues se estima que contribuyen hasta con el 70% de la producción de oxígeno del planeta.

 

El uso que se le puede dar a las microalgas en la producción de alimentos resulta también muy interesante, ya que, al crecer en agua, no necesitan tierra fértil, solo grandes tanques contenedores, e incluso pueden crecer en granjas en el mar. Además, debido a que estos organismos son resistentes a condiciones difíciles, como a grandes concentraciones de sales, tienen la capacidad de disminuir la contaminación al consumir estas sales y retirarlas del agua. También pueden cultivarse en aguas residuales como las de la agroindustria, y absorber los nutrientes disueltos o incluso alimentarse de fuentes de dióxido de carbono industrial, como los que produce la industria cementera.

 

Sin embargo, así como no existe una planta que produzca todo tipo de frutas y verduras, no existe una especie única de microalga que pueda sustituir a todos los alimentos. Pero, hay un gran número de especies con potencial para producir una variedad de compuestos que pueden sustituir o complementar los nutrientes que obtenemos de los alimentos tradicionales, incluidos los carbohidratos, proteínas, lípidos y otros complementos alimenticios como antioxidantes y minerales.

 

En la actualidad, existen productos comestibles a base de microalgas, como la famosa Espirulina (Arthrospira platensis Gomont), reconocida por su aporte de proteína. Esta alga la podemos encontrar comercialmente en forma de cápsulas y comprimidos. También existen alimentos adicionados con sustancias que provienen de algas como la carragenina, una sustancia que forma geles y es usada para dar consistencia a sustitutos de lácteos como las leches vegetales. Además, podemos encontrar suplementos en forma de cápsulas que contienen astaxantina, una molécula antioxidante producida por el alga roja Haematococcus pluvialis Flot. De manera similar, esta especie de alga también se usa en cosméticos. Al igual que estás especies, existen muchas otras algas con gran potencial para la obtención de productos para la alimentación humana, como los aceites omega-3 y omega-6, fibra soluble e insoluble, aminoácidos esenciales, proteínas de gran calidad, antioxidantes, etc.


El aprovechamiento de las microalgas aún necesita desarrollarse en varias áreas para ser una alternativa real para alimento. Es por eso que se sigue trabajando en el desarrollo de nuevas tecnologías, para alcanzar una óptima producción en el cultivo de microalgas, para mejorar el proceso de cosecha y secado y para realizar la extracción y purificación de las moléculas de interés. La producción ideal de microalgas no solo se está investigando para la obtención de alimentos; sino bajo la idea de creación de una biorefinería, una fábrica con varios procesos simultáneos que aproveche al máximo toda la variedad de compuestos que pueden obtenerse de las microalgas, para producir alimentos, combustibles, abonos, productos farmacéuticos, etc. En México existen grupos de investigación a la vanguardia en este tema. Por ejemplo, el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR) tiene una colección de microalgas, la Universidad Autónoma de México (UAM) campus Iztapalapa cuenta con un laboratorio de ficología aplicada y la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) realiza diversos estudios sobre diseño y optimización de procesos de biorefinería de microalgas.


Por último, además de los desarrollos tecnológicos, el uso de microalgas en alimentos aún necesita superar otro tipo de inconvenientes. Por ejemplo, se necesita un marco legal adecuado que regule sus cualidades como alimento y que garantice productos de calidad. También se necesita un gran desarrollo para el procesamiento de alimentos que se podrían generar, pues el color verde y los olores naturales de las microalgas pueden reducir la aceptación por parte del consumidor. A pesar de todo, es muy probable que, en un futuro cercano, veamos los estantes de supermercados repletos de alimentos nutritivos basados en microalgas.

Para más información consulte:

Dr. Juan Manuel Vera Morales I Universidad de Queretaro. México.

Fecha de publicación en línea: 27 de enero, 2024.

Citar este artículo como:

Morales J.M.V. (2023). Microalgas como fuente de alimentos sustentables y saludables. Ciencia Cakotanú. 4(3), 5-7. También disponible en: https://www.cienciacakotanu.com/contenido/artículos/microalgas-como-fuente de-alimentos-sustentables-y-saludables