Las mujeres y la investigación traslacional

Seguramente, has estado en alguna reunión con familia, amigos o colegas del trabajo y han surgido las preguntas: ¿A qué te dedicas?, ¿qué es eso que estudias?, ¿en dónde puedes trabajar?, etc. Si has sabido contestar a estas preguntas, seguro aplicaste un enfoque traslacional. Pero, ya sea que seas quien haya hecho las preguntas o las hayas respondido, ¿sabes qué es la ciencia traslacional? Es la ciencia que permite conciliar y mover las ideas de un área a otra en un proceso bidireccional, entre el conocimiento fundamental y el empleo práctico de este. Por lo que este panorama habilita la conexión, para encontrar oportunidades y revolucionar el conocimiento, logrando la comunicación entre los diferentes escenarios de la ciencia y la innovación para mejorar la salud humana con el desarrollo de tratamientos eficaces y reproducibles.

El término traslacional pareciera lejano en las ciencias de la salud y, por lo tanto, intentar que las mujeres hagan una conexión entre el laboratorio y el paciente, o como se dice en inglés “bench to the bedside”, aún sigue siendo complejo. Digamos que cada mujer en la ciencia, y en particular en el modelo traslacional, asume un sentido de búsqueda para atender a los aspectos de formación, producción y comunicación de hallazgos como parte de la responsabilidad científica, académica y social. Es decir, se busca impactar en el rubro de las áreas básicas y aplicadas, para ofrecer resultados que funcionen en el mundo real.

Pero, no es una tarea fácil, ya que se precisa de una diversidad de habilidades, capacitación y de perspectivas para lograr movilizar una idea. Porque nos encontramos en un momento donde las preguntas ya no se limitan a lo técnico, es necesario nuevas propuestas de investigación que puedan resolver problemas locales para cumplir la promesa de hacer llegar la ciencia a todos y para todos. Existen varios desafíos de la investigación traslacional, porque todo éxito depende del comportamiento y las interacciones humanas, y entre mujeres debería ser indispensable establecer sororidad[1], para romper el techo de cristal que también se vive en la ciencia.

Desde un punto de vista académico, la investigación traslacional enfrenta lo que apodamos “el valle de la muerte”, que parece conjurar el inexplicable fracaso de los proyectos a través de nuestros intentos por llegar al usuario final dentro de la sociedad. Pero, esto no solo se resuelve comprendiendo el: ¿por qué? Se supera con el uso de las nuevas tecnologías, la ciencia de datos, la divulgación de la ciencia, la vinculación con la industria, la capacidad de liderazgo y la avenencia de las partes involucradas. Esto representa quizá el mayor desafío científico de nuestro tiempo.

En los últimos años, el enfoque traslacional ha cobrado fuerza, y en las ciencias de la salud podríamos nombrar muchos hitos que han marcado lo traslacional. Por ejemplo, el caso de la pandemia de COVID-19 trajo consigo la necesidad imperante del desarrollo de una vacuna, y uno de los nombres artífice de este gran logro multidisciplinario, es el de la profesora Sarah Gilbert, que desde su laboratorio lideró con éxito la cruzada para crear una vacuna en contra del tiempo. Este ejemplo demuestra que la característica multidisciplinar de la investigación traslacional es un eje clave para que se creen y existan equipos integrados de diferentes áreas del conocimiento. En este caso, la colaboración entre los diferentes profesionales de la salud y la sociedad fue decisivo para la creación de dicha vacuna.

Los acontecimientos en el mundo traen consigo una transformación continua, que refrenda el compromiso de las investigadoras, para que la ciencia logre crear un vínculo entre todos los sectores del mundo, alcanzando a impactar en lo social, en lo económico, en lo cultural y desde luego en la salud humana. Entonces, una mujer inmersa en la ciencia traslacional, le corresponde ser un individuo capaz de auto considerarse una agente de cambio, dispuesta a avanzar, a escuchar y con el potencial de hacer la diferencia en la comunidad científica y en el nicho social.

[1] Amistad o afecto entre mujeres.